P. Eduardo Laforet (1957-1984). «Consumado en breve, llenó largos años» (Sab 4, 13). En sólo veintisiete años dio grandes pruebas del amor de Dios.
La trayectoria de una vida que siente sucesivamente la llamada a la santidad, a la plena consagración a Dios (Instituto secular Cruzados de Santa María), al sacerdocio, y a la entrega de su vida por el papa Juan Pablo II, herido de muerte en un atentado el 13 de mayo de 1981. Así, una inesperada leucemia en plena juventud, entendida como una respuesta a su ofrecimiento a Dios, truncará definitivamente su vida un 23 de noviembre de 1984, día en que empieza a vivir para siempre.
Un ejemplo para tantos jóvenes que desean seguir a Cristo, pero sienten temores y dudas. El ejemplo de Eduardo refrenda con su vida el «No tengáis miedo, abrid de par en par las puertas a Cristo» del Magisterio de Juan Pablo II.